Me sigue sorprendiendo cómo nos afecta que un hombre nos llame “Princesa”. Es como apretar el botón de la suerte. Con un mando a distancia (el móvil en este caso) activan un poderoso elixir en algunos cerebros femeninos.
Me pregunto cuánto poder tienen algunas palabras.
Pero no me refiero a cualquier contexto. Es una palabra tierna, que encierra un mensaje de cortesía y mimo - PRINCESA-
Pero ay….cómo duele cuando viene de un galán que te quiere conquistar. Y cuántas vueltas somos capaces de darle, si tenemos tiempo o nos interesa el tipo como a continuación detallo:
Una amiga (inteligente) trataba de analizar un mensaje de un ex que en tiempo presente le decía “Buenos días Princesa”. Al analizarlo con la sonrisa de oreja a oreja y pegando saltitos de alegría estaba enviando información a su sediento cerebro de que ése era un mensaje maravilloso.
El galante y arrepentido ex (estado de ánimo de su ex según ella) se había dado cuenta de su error tremendo al dejarla!¡
Otro mensaje al cabo de media hora: “
un beso Princesa”. y el extravagante gesto de enviar una sonrisa con el malvado muñequito, que tanto odio y que por cierto utilizo casi siempre por comodidad de no pensar un poco más qué expresión tengo en mi cara y cómo describirla.
Al noveno pitido de móvil el mensaje con la palabra magica. Nuestra amiga estaba levitando entre emoción y emocion.
Las demás nos íbamos mirando intrigadas de saber el final de la historia. RIP. . .
Y aunque no era el mejor momento le pregunté si esas mismas frases sin la palabra "Princesa" le producirían la misma satisfacción y el mismo nivel de oxitocina en la sangre…
Me contestó un rapidísimo…
”Hombre no….”.
No es lo mismo que me digan “Buenos días Princesa, que Buenos días sin más”.
Y entonces le pregunté…¿y si te hubiera puesto solamente Princesa sin buenos días…?..
Me contestó igual de rápidamente que antes: “Hombre pues monísimo…..
me encanta”…
”luego entonces…el secreto está en utilizar la palabra Princesa…”.
Me miraba rogándome que me callara de una vez y la dejara disfrutar de su recién estrenado nuevo estado civil: “reconquistando a mi ex desesperadamente”.
Les solté una disertación antropológica sin mucho fundamento expresando mi sentimiento de cuánto daño nos hicieron de pequeñas, a nosotras y a ellos. A nosotras por ponernos ese ideal como lo “más” y a ellos porque sus madres (mujeres por cierto) les dijeron que a las chicas se las trata como princesas para conquistarlas y para que te quieran. La Princesa tiene debilidades, es frágil y necesita ser rescatada. Que le maten a un dragón y que le compren un castillo con ventana en la torre para tirar la trenza súper larga que no se corta jamás porque entonces no puede entretenerse peinándola.
Básicamente es que si un hombre te dice “buenos días mi princesa" se convierte en la palabra mágica la llave maestra.
Es nuestro piropo favorito todas votamos (yo también), que preferíamos que nos llamaran Princesas. Me quejo y me río al mismo tiempo, tratando de entender por qué a algunas mujeres (a muchas no, lo digo por si algún caballero lee esto y se cree que es infalible), nos encanta y nos debilita esa palabra.
Es un arma arrojadiza, una anestesia, un ataque de tontería. Un mensaje que por muy buzón lleno que tengas jamás borras. Donde pone “Princesa” ése mensaje se queda en tu móvil para siempre jamás. Y si te lo dicen en persona, la sonrisa de estúpida ya no tiene comparación con nada.
Otra de las afortunadas del grupo nos enseñó otra joya de mensaje “beso para mi princesa morenita”… todas aplaudieron al precioso mensaje…y yo me preguntaba…..¿es que este chico tendrá más princesas, que las tiene que clasificar por color de piel?....
Me dejaron de hablar por hacerles pensar que sus mensajes no eran sinceros, y nada más lejos de la realidad….me levanté muy digna diciendo que yo no necesito que me lo digan, porque ya sé que lo soy… aunque hoy día nos toque ser guerreras y dulces al mismo tiempo y vivir en el vértigo permanente de lo que deberíamos haber sido, lo que queremos ser y lo que verdaderamente somos.
Por cierto, admito y confieso que ….me encanta que me lo digan! …como a la mayoría de ese tipo de mujeres más clásicas. Las que nos hemos criado entre cuentos y películas de Disney
que han vuelto a dignificar el piropo….
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